«La que me»

«Solo cuando escribes parece que hablas en serio…«. Parece ser que me tomo todo a la ligera y que no sabes cuando estoy en broma, aunque valdría la pena que vieras mi sonrisa dibujada cada vez que pulso una tecla…

La verdad es que oírte decir eso me encanta porque así sé que puedo seguir sorprendiéndote (a ti y a todo el mundo) y me encanta que no sepas por donde ando y por donde puedo salir. No es algo que haga adrede, es simplemente una parte de mi manera de ser, igual a veces demasiado espontánea, pero es lo que hay.

Considero la vida un don precioso y me paso todo el día agradeciendo cada segundo que pasa, aún sabiendo que es una cuenta atrás, y tratando de atesorar cada pequeño instante como una moneda. El día que deje de sonreír cuando hablemos de la (mi) vida tendrás que empezar a preocuparte (repito, solo “empezar”a preocuparte); hasta ese día, me encantaría seguir contagiándote con mi sonrisa.

Me encanta esa cara de interrogante que pones cada vez que crees que no me has entendido. La verdad es que estoy convencido de que no me explico bien, o que mi  lengua quiere ir tan rápido como la cabeza, y que consigo que todo se vuelve más extraño, mas complejo… no lo sé. Solo sé que adoro esos momentos en los que aparte de dudar, te encoges un poco, como esperando un golpe, un sobresalto, y solo haces que desee estrujarte en un sonoro abrazo.

Me tranquiliza tu “in-traquilidad” con respecto a mi vida (realmente a nuestra vida, porque te preocupas por todos y cada uno de nosotros), y me encanta que me sigas viendo como el niño que siempre he sido. No hace falta que te diga que intentaré que siga así, con el paso de los años y por muchas bofetadas que nos pegue la vida.

No me puedo imaginar no verte sin tus notas: tu hiperactividad pasada a tinta y papel, tratando de controlar lo incontrolable… Por suerte, que sepas que también lo he heredado yo también, y lo considero un valor añadido, no una tara, como alguno podría pensar.

Y claro, el hecho de cagarme en la m… que me p…, por muy mal que te suene, refleja que estás en mis pensamientos mucho mas de lo que piensas, y la verdad es que a veces agradezco que tu imagen me sirva de respiro en esta vida tan ajetreada que llevo.

Y como dices tú, siempre serás “la que te…”, y lo serás por siempre, siempre, siempre,  y por ello, siempre tendrás mi amor más incondicional.

Muchísimas gracias por todo, MAMÁ.

Te quiere, L.

Acerca de llestat

Poca cosa...
Esta entrada fue publicada en Personal. Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario